Bienvenid@s a la nueva entrega de nuestra serie de entrevistas, en la que desde Gregarios hablamos con algunas de las muchas personas que componen el sector de la bicicleta en la Comunidad Valenciana, una zona conocida en todo el mundo por las excelentes condiciones y facilidades que ofrece para la práctica del ciclismo.
Hace unos días publicamos la entrevista con el ciclista valenciano Javier Benitez y esta semana hablamos con Stefano Garzelli (Varese, Italia, 1973), ex-ciclista profesional durante 17 temporadas, durante las cuales trabajó como gregario de lujo para el añorado Marco Pantani además de lograr un total de 33 victorias propias, incluida, como no, el triunfo final en el Giro de Italia del 2000.

93′ Giro d’Italia – 16a tappa San Vigilio di Marebbe – Plan de Corones (TT) 12.9 km – BettiniPhoto©2010 – Stefano Garzelli (Acqua&Sapone – D’Angelo&Antenucci)
Afincado en Valencia desde hace más de una década, en la actualidad dirige la escuela y el equipo de ciclismo Stefano Garzelli Team para niños y niñas, que este año se ha visto ampliado con la inclusión de un equipo júnior, y trabaja como comentarista de carreras ciclistas para la televisión italiana.
Nos buscó un hueco para hablarnos desde Varese, donde prepara su trabajo televisivo para las próximas carreras de la incipiente temporada ciclista:
Buenos días, Stefano, y gracias por hablar con nosotros. Tu nombre es de sobra conocido por muchos de nuestros lectores por tu carrera ciclista, pero es posible que no conozcan tanto tu historia antes de que dieras el paso a la categoría profesional, así que, por favor, cuéntanos quién es Stefano Garzelli y cómo fue tu introducción al mundo de la bici:
SG: Yo crecí en un pueblo pequeño, de unos 2000 habitantes, y me apunté muy joven a la escuela de ciclismo local, con unos 8 o 9 años. Iba pasando por las diferentes categorías a medida que crecía, y como destacaba tenía la motivación para seguir. Seguía en cierto modo los pasos de mi hermano mayor, que también corría, pero que era muy malo (risas). Eso lo puedo decir ahora, y lo mismo si hubiera sido malo yo también lo hubiera dejado. Pero me iba bien y yo tenía claro que quería ser profesional desde muy joven, ese era mi objetivo.
Estamos hablando de una época, la del principio de los años 80, cuando tú empezaste a correr, en la que los cuadros de acero eran lo normal, se iba sin casco ni cambios en las manetas, y desde luego sin grupos electrónicos, entre otras muchas cosas. Mirando estas diferencias, ¿cuáles han sido para ti los mayores cambios en el mundo del ciclismo de competición en estos años?
SG: Desde luego, para mí el mayor cambio ha sido en el uso de los datos, en el acceso a los datos incluso en carrera. Ahora se puede no solo entrenar con datos, con el medidor de potencia e identificar y trabajar los diferentes umbrales, sino también correr con el acceso a los datos, en tiempo real. Eso en gran modo quita la capacidad de improvisación al corredor, ya que se sabe con antelación y con exactitud qué es lo que uno puede y lo que no puede hacer. Es muy difícil romper una carrera ahora, ya que todos van al límite y saben que hay muy poco margen para atacar. Y es más, ahora con el acceso a tantos datos, se entrena a los corredores para ir a unas carreras en concreto para hacer un trabajo muy concreto, en un momento concreto, al límite. Hay más corredores en cada equipo, y cada corredor tiene un papel muy específico asignado. Antes los equipos eran más pequeños, con menos corredores, y todos los corredores iban a todas las carreras. Era otra forma de correr, más abierta. Daba más posibilidades de espectáculo. Naturalmente hay excepciones, pero en general se ha reducido el espectáculo.
¿Lo cambiarías, el uso que se hace de los datos actualmente?
SG: Yo estoy de acuerdo con la opinión expresada por Alberto Contador: que los datos son muy útiles a la hora de entrenar, pero que restan espectáculo a las carreras. Yo, si pudiera elegir, los quitaría de las carreras.
La RAE ya nos define la figura del «gregario» en el mundo del ciclismo como la de un «corredor encargado de ayudar al cabeza de equipo o a otro ciclista de categoría superior a la suya», y aunque sea cierta la definición nos parece algo incompleta. ¿Cómo definirías tú, precisamente alguien que durante parte de su carrera trabajaba para un gran campeón como Marco Pantani, el concepto ’ser un gregario’?
SG: El gregario es una parte fundamental del ciclismo de competición, quizá la parte más importante de un equipo. Para el capitán, el gregario es todo: es su compañero, su apoyo, su fuente de motivación y su amigo. 50%, 60% del mérito de la victoria le corresponde al gregario. Se entrega a su capitán al 100%. Cuando yo iba al Giro con Marco no tenía objetivos personales, ninguno, mi único objetivo era el de ayudar a mi capitán al 100%. En el periódico ponen el nombre del ganador, pero en el equipo saben que la victoria es de todos. Yo todavía tengo grandes amigos, grandes amistades, con gente que corría conmigo como gregarios. Quizá algunos no lo entiendan, puede que piensen que el que trabaja para otros es un ciclista menor, pero no es cierto: el gregario es la esencia del ciclismo.
Tuviste una carrera muy larga como ciclista profesional que te llevó desde muy joven a competir en muchos países diferentes con muchos compañeros de equipo diferentes. Toda una experiencia vital muy intensa, seguramente. Triunfos aparte, ¿qué destacarías cómo la mejor experiencia de tu tiempo en el pelotón? ¿Qué te ha dado a ti la bicicleta?
SG: Mi carrera como ciclista me enseñó a enfrentarme y a superar mis propios límites. Los físicos, obviamente, pero sobre todo los mentales. Como ciclista de competición te encuentras en situaciones muy difíciles, de esfuerzos extremos, por la carrera, por el tiempo, por las situaciones que se producen, muchas veces lejos de casa, situaciones en las que a lo mejor otra persona diría «¡Basta! ¡Me voy para casa!», pero tú tienes que aprender a seguir, a no rendirte, y eso es muy útil no solo en carrera, sino también en la vida. Y por otra parte, la vida del ciclista profesional es muy bonita. Sufres, sí, es cierto, pero también es cierto que solo tienes que concentrarte en una cosa, en entrenarte y en competir, todo lo demás te lo hacen: los viajes, los hoteles, la ropa, la bici….. Visitas muchos sitios nuevos e interesantes, juegas un papel en espectáculos muy grandes, como puede ser el Giro d’Italia, delante del público y de millones de telespectadores en todo el mundo, te hacen entrevistas y te piden autógrafos, creas amistades muy sólidas, ¡y encima te pagan! No sería honesto si dijera que no lo echo de menos de vez en cuando, es una experiencia muy bonita.
Hace algunos años que ya estas muy centrado en tu escuela/equipo de ciclismo, el Stefano Garzelli Team. ¿Por qué escogiste Valencia para poner en marcha este proyecto?
SG: Bueno, yo empecé a venir a Valencia aún siendo profesional, por el 2002, 2003, y luego conocí a mi mujer, que es de aquí, y me trasladé a vivir aquí. Una vez retirado, estuvimos una vez en Varese, donde han puesto mi nombre al polideportivo municipal, y donde algún equipo lleva mi nombre también, y me puse a pensar en montar algo más, digamos, sólido, algo que no sólo llevara mi nombre sino algo en lo que estuviera realmente involucrado. Como mis hijos salían en bici y estaban en Valencia, decidimos montarlo aquí. Tuvimos la idea un domingo, y el miércoles ya lo teníamos en marcha, con CIF y todo, y así hasta la fecha, que en la actualidad tenemos a unos 90 niños apuntados.
La escuela trabaja con niños y niñas desde una edad muy joven, desde los 4 años de edad. ¿Qué objetivos les planteas a los jóvenes que se apuntan a la escuela?
SG: Sobre todo a ir en bici con seguridad y a que disfruten.
Si eso se aprende a una edad temprana, no se olvida nunca. La escuela está abierta a todo el mundo, con la bici que tengan, no importa, lo principal es eso, que aprendan y que lo pasen bien. Y si se apuntan al equipo, les enseñamos a disfrutar en las carreras también. Los resultados son algo aparte, lo más importante es que aprendan a disfrutar sobre la bici.
Después de una temporada el año pasado de bastantes éxitos deportivos, este año habéis lanzado el equipo júnior, que seguramente significa más trabajo, más carreras, más logística: ¿tenéis previsto seguir creando equipos de niveles superiores a medida que maduren vuestros ciclistas? ¿Hasta dónde ves tú el límite en este aspecto?
SG: Esto depende, sobre todo del presupuesto. Competir en más categorías siempre significa más trabajo y más recursos para poder hacerlo bien, así que veremos. Lo estamos haciendo paso a paso. Si aparece un patrocinador con las mismas ideas y las ganas de ampliar el proyecto, es una posibilidad. Como digo, veremos, de momento estamos muy centrados en la escuela y los equipos que tenemos.
¿Sigues saliendo mucho en bici?
SG: La verdad es que no tanto como me gustaría. Con el trabajo de la escuela y el trabajo con la RAI, a veces me falta tiempo. Eso sí, otra ventaja de haber sido profesional durante tantos años es que sé que me pongo en forma en 15 días. Al principio, los dos primeros días de coger la bici, lo paso mal, como todo el mundo, pero luego empieza a actuar la memoria de ciclista, la memoria que tiene el cuerpo, de tantos años entrenándose y compitiendo, y enseguida empiezo a mejorar. Lo noto enseguida.
Desde Gregarios tenemos nuestra propia prueba, llamada ‘La Gregarios’, que originalmente se hizo en la década de los ’40 del siglo pasado durante 5 ediciones y que consiste en recorrer los 400km que separan Madrid de València. Hemos adaptado un par de distancias más para piernas menos exigentes, y la pregunta es…¿cómo te ves para venirte a la próxima ‘La Gregarios’? ¿a quién le lanzarías el reto)
SG: Bien, como digo, en un par de semanas me pongo en forma y 400 km se hacen sin problemas.
Y si no pudiera hacerlo yo, nominaría a Dario Andriotto, @dandriotto, que fue gregario mío, compañero de equipo cuando éramos profesionales, y que sigue siendo mi mejor amigo. Trabaja ahora en el equipo de Alberto Contador, el Eolo, @eolokometacyclingteam, así que sigue en el ciclismo, y sigue saliendo en bici, así que no tendré ninguna duda sobre su capacidad de hacerlo.
Escrito por Michael Dixon @onyour.bike

BettiniPhoto©2010 – Stefano Garzelli (Acqua&Sapone – D’Angelo&Antenucci)
Trackbacks/Pingbacks